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"En un mundo multilateralista la negociación es la única forma de resolución definitiva de los problemas"

jueves, 26 de agosto de 2021

 


Cuanto más descabellada suene una idea, mayor probabilidad de éxito tenga en la realidad. Suena como un sin sentido pero, en el mundo de la conspiración esto es una regla de oro para concretar operaciones secretas. Esto es lo que podríamos expresar sobre lo que hemos visto suceder el último 15 de agosto cuando, de forma aparentemente sorpresiva y arrolladora el Talibán tomo por el cuello a Kabul dejando en el más absoluto ridículo a los EEUU y sus aliados de la OTAN.

Pero como lo habíamos adelantado, algo no cuadraba bien en toda esa escena. Más allá de la sorprendente reconquista militar en solo quince días hay varias cuestiones que implican a los mismos estadounidenses que no han sido explicadas. Si había una guerra ¿Por qué Washington negocio durante años con el Talibán?

Sobre aquella cuestión se supo que la CIA había establecido contactos secretos con el Talibán con quienes durante años llevó adelante reuniones secretas en Qatar con el fin de obtener un arreglo político que entre otras cuestiones, evitara lo que precisamente termino por suceder el 15 de agosto último. Al parecer EEUU siempre estuvo consciente de su debilidad y de la imposibilidad de ganar esta guerra, pero ¿Realmente quería ganarla?

Como lo hicieron en Iraq, se ingenierizaron engaños que se enmarcarían en la llamada “Contrainsurgencia” entre los cuales estaba -y seguramente aún continúan operativos- grupos especiales con el objetivo de crear divisiones internas y enfrentamientos entre la resistencia afgana con la infiltración de grupos “Jihadistas” que curiosamente están compuestos por mercenarios del ISIS muchos de ellos trasladados desde hace unos años desde Siria e Iraq. Hace tiempo que el Talibán ha descubierto esto e incluso logro destruir campamentos de la franquicia “ISIS-Korasán” (una rama del embuste implantado en Iraq) logrando en algunos casos capturar a varios de esos especímenes.

Ante estas opacidades y el marco general que representa el Talibán Rusia y los países inmediatamente vecinos ven con mucho escepticismo y cuidado la retirada de la OTAN dado que puede tratarse de una estratagema con alcances impredecibles.

Por lo pronto y desde una visión meramente estadounidense cabría preguntar ¿Habrá cuestionamientos en el Congreso norteamericano sobre estos dobleces oscuros de tan desastrosa ocupación? La experiencia vista en Iraq y todos los elementos que se recopilaron referentes al contubernio entre las agencias de inteligencia, los militares estadounidenses y el espantapájaros “Estado Islámico” no pueden ser ignorados.  Tal vez sean estos mismos quienes en las últimas horas llevaron adelante los brutales atentados -con poderosos explosivos como los usados en Iraq y Siria- contra un hotel en el Aeropuerto de Kabul, precisamente buscando sin lugar a dudas crear muchas muertes civiles que impacten a nivel de los medios internacionales con lo cual Washington y Bruselas tendrían argumentos con los cuales alegar la “necesidad” regresar.

A pesar de que los medios occidentales vienen haciendo una ola mediática para tratar de azuzar miedo y despertar una supuesta sensibilidad sobre la situación de las mujeres afganas lo cierto es que durante la ocupación occidental los miembros de la OTAN (en especial los estadounidenses, británicos y australianos), cometieron una serie de crímenes de guerra y lesa humanidad contra la población civil que no discriminó entre hombres, mujeres o niños situaciones que a su vez, fueron sistemáticamente tapadas por los conglomerados de medios que hoy lloran lágrimas de cocodrilo. Hoy en las actuales circunstancias en los que reina la confusión el temor de que se borren estos crímenes es una preocupación real expresada incluso desde la ONU.

Pero ¿Por qué se borrarían los rastros de esos crímenes si los enemigos de EEUU han tomado el poder? Como bien dijimos, durante años los estadounidenses han tenido estrechos contactos con el Talibán e incluso esas relaciones se han extendido más allá de las fronteras de Afganistán más precisamente con las complejas estructuras de la inteligencia de Pakistán, aliado estratégico (con armas nucleares) del movimiento. Tanto la CIA como el ISI pakistaní han tenido un papel central en el nacimiento y progreso del Talibán y en vistas de ello, queda claro que hay una relación simbiótica entre ellos que permite establecer acuerdos y pactos que los beneficien mutuamente.

Esta claro que esto deja a la luz un escándalo y la comprobación del engaño al que los gobernantes en Washington han sometido a los ciudadanos estadounidenses y a los de todo el globo. La lucha contra el terror no era tal. Incluso cuando el mismo Joe Biden trata de explicar que EEUU no fue a Afganistán para “construir una democracia” contrariando los argumentos de sus predecesores, apoyándose que lo hicieron para destruir a “Al Qaeda” para que no atacara más a los EEUU, sigue siendo una estafa ya que como se ha sabido, esa organización fue creada por la CIA en épocas de la guerra fría. Sumado a esto los contribuyentes norteamericanos podrían empezar a cuestionar ¿A dónde fueron a para los 2 Trillones de dólares que costo la guerra?

Los actuales cuadros del Talibán no son los mismos que la CIA promocionó y apoyo en los ochentas e incluso la nueva generación que compone las filas de los que han reconquistado el país, mucho menos han estado al tanto de estas espurias relaciones. Para los jóvenes afganos que combaten en las filas de la “Jihad” contra los invasores angloestadounidenses es inaudito que pudieran haber tenido algún tipo de contacto que no fuere un combate mortal y mucho menos relaciones. En realidad ellos no están al tanto de lo que sus jefes y sus líderes políticos (en los que se halla Khairullah Khairkhwa, líder actual del Talibán quien estuvo desde 2002 detenido en Guantánamo) manejan tras bambalinas.

Lo mismo sucede con los cuadros militares rasos del ejército estadounidense y de sus aliados de la ISAF, quienes avocados a las tareas por combatir a un enemigo que resistía su presencia muy seguramente ignoraban que sus propios colegas civiles (CIA, DIA y  otras agencias aliadas) confraternizaban con quienes ellos combatían. Incluso más. No sería de extrañar que estas relaciones secretas hubieran estado ajenas al conocimiento de los mismos jefes militares de campo del ISAF e incluso del mismo Pentágono. Aquí es donde se ve muy claro ese doble rasero del que tanto se habla en la política estadounidense y en la cual los mismos políticos norteamericanos suelen describir como una maniobra en la que “la mano derecha no sabe lo que hace la izquierda”.

No sucede lo mismo con los funcionarios de primera línea del Departamento de Estado y de la Comunidad de inteligencia y en particular de la CIA (que se llevaba al año entre 60 mil millones de dólares para financiar sus operaciones negras) ya que ellos son quienes tienen el protagonismo estelar en toda esta escenografía. La visita secreta del actual jefe de la CIA Williams J. Burns a Kabul que realizó el martes 24 de agosto último no debería sorprender. Más allá de que se dejó trascender este evento lo cierto es que, a la vista de las causas históricas que han originado la crisis en Afganistán y sus mentores, no sorprende que la agencia de inteligencia busque negociar y comprar tiempo para una salida más decorosa de los remanentes militares y civiles que aún quedan en el país.

Otro punto a destacar y cuestionar en esta repentina huida de EEUU es el abandono de abundante material bélico intacto en sus bases ¿Acaso no hubo tiempo para sacar y embarcar los cientos vehículos acorazados Humvis, Blindados “Abrams” y armamento ligero que el Talibán incauto sin disparar un tiro? O ¿se trató de un abismal acto de torpeza? Las semejanzas con lo ocurrido en Iraq en Junio de 2014 asombra y apunta a no creer en las casualidades. Solo para remarcar una de estas inconsecuencias hay que preguntarse ¿Tiene el Talibán conductores de tanques “Abrams”? y si los tiene ¿Quiénes los formaron?

Siguiendo con esto mismo, el abandono de más de 200 aviones y seis helicópteros “Balck-Hawk” de la fuerza aérea afgana listos para volar y con armamento disponible en sus bases aéreas han aumentado aún más estas especulaciones ¿Fue parte del trato entre la CIA y los representantes del Talibán o es el fruto de un craso error de cálculo de los estrategas y asesores de la Casa Blanca? Si las personas de a pie se creen lo que los medios occidentales han venido informando sobre el Talibán cabría preguntarse ¿Tiene el Talibán pilotos entrenados para manejar aquellos aparatos? Y de tenerlos -como pudo verse en la ofensiva a Kabul- ¿Quiénes los entrenaron? Demasiadas cuestiones que aún carecen de respuestas.

 

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