Cuanto más descabellada suene una idea, mayor probabilidad de
éxito tenga en la realidad. Suena como un sin sentido pero, en el mundo de la
conspiración esto es una regla de oro para concretar operaciones secretas. Esto
es lo que podríamos expresar sobre lo que hemos visto suceder el último 15 de
agosto cuando, de forma aparentemente sorpresiva y arrolladora el Talibán tomo
por el cuello a Kabul dejando en el más absoluto ridículo a los EEUU y sus
aliados de la OTAN.
Pero como lo habíamos
adelantado, algo no cuadraba bien en toda esa escena. Más allá de la
sorprendente reconquista militar en solo quince días hay varias cuestiones que
implican a los mismos estadounidenses que no han sido explicadas. Si había una
guerra ¿Por qué Washington negocio durante años con el Talibán?
Sobre aquella cuestión
se supo que la CIA había establecido contactos secretos con el Talibán con
quienes durante años llevó adelante reuniones secretas en Qatar con el fin de
obtener un arreglo político que entre otras cuestiones, evitara lo que
precisamente termino por suceder el 15 de agosto último. Al parecer EEUU
siempre estuvo consciente de su debilidad y de la imposibilidad de ganar esta
guerra, pero ¿Realmente quería ganarla?
Como lo hicieron en
Iraq, se ingenierizaron engaños que se enmarcarían en la llamada
“Contrainsurgencia” entre los cuales estaba -y seguramente aún continúan
operativos- grupos especiales con el objetivo de crear divisiones internas y
enfrentamientos entre la resistencia afgana con la infiltración de grupos “Jihadistas”
que curiosamente están compuestos por mercenarios del ISIS muchos de ellos trasladados
desde hace unos años desde Siria e Iraq. Hace tiempo que el Talibán ha
descubierto esto e incluso logro destruir campamentos de la franquicia “ISIS-Korasán”
(una rama del embuste implantado en Iraq) logrando en algunos casos capturar a
varios de esos especímenes.
Ante estas opacidades y
el marco general que representa el Talibán Rusia y los países inmediatamente
vecinos ven con mucho escepticismo y cuidado la retirada de la OTAN dado que
puede tratarse de una estratagema con alcances impredecibles.
Por lo pronto y desde
una visión meramente estadounidense cabría preguntar ¿Habrá cuestionamientos en
el Congreso norteamericano sobre estos dobleces oscuros de tan desastrosa
ocupación? La experiencia vista en Iraq y todos los elementos que se
recopilaron referentes al contubernio entre las agencias de inteligencia, los
militares estadounidenses y el espantapájaros “Estado Islámico” no pueden ser ignorados.
Tal vez sean estos mismos quienes en las
últimas horas llevaron adelante los brutales atentados -con poderosos
explosivos como los usados en Iraq y Siria- contra un hotel en el
Aeropuerto de Kabul, precisamente buscando sin lugar a dudas crear muchas
muertes civiles que impacten a nivel de los medios internacionales con lo cual
Washington y Bruselas tendrían argumentos con los cuales alegar la “necesidad” regresar.
A pesar de que los
medios occidentales vienen haciendo una ola mediática para tratar de azuzar
miedo y despertar una supuesta sensibilidad sobre la situación de las mujeres
afganas lo cierto es que durante la ocupación occidental los miembros de la
OTAN (en especial los estadounidenses, británicos y australianos), cometieron
una serie de crímenes de guerra y lesa humanidad contra la población civil que
no discriminó entre hombres, mujeres o niños situaciones que a su vez, fueron
sistemáticamente tapadas por los conglomerados de medios que hoy lloran
lágrimas de cocodrilo. Hoy en las actuales circunstancias en los que reina la
confusión el temor de que se borren estos crímenes es una preocupación real
expresada incluso desde la ONU.
Pero ¿Por qué se
borrarían los rastros de esos crímenes si los enemigos de EEUU han tomado el
poder? Como bien dijimos, durante años los estadounidenses han tenido estrechos
contactos con el Talibán e incluso esas relaciones se han extendido más allá de
las fronteras de Afganistán más precisamente con las complejas estructuras de la
inteligencia de Pakistán, aliado estratégico (con armas nucleares) del
movimiento. Tanto la CIA como el ISI pakistaní han tenido un papel central en
el nacimiento y progreso del Talibán y en vistas de ello, queda claro que hay
una relación simbiótica entre ellos que permite establecer acuerdos y pactos
que los beneficien mutuamente.
Esta claro que esto deja
a la luz un escándalo y la comprobación del engaño al que los gobernantes en
Washington han sometido a los ciudadanos estadounidenses y a los de todo el
globo. La lucha contra el terror no era tal. Incluso cuando el mismo Joe Biden
trata de explicar que EEUU no fue a Afganistán para “construir una democracia”
contrariando los argumentos de sus predecesores, apoyándose que lo hicieron
para destruir a “Al Qaeda” para que no atacara más a los EEUU, sigue siendo una
estafa ya que como se ha sabido, esa organización fue creada por la CIA en
épocas de la guerra fría. Sumado a esto los contribuyentes norteamericanos
podrían empezar a cuestionar ¿A dónde fueron a para los 2 Trillones de dólares que
costo la guerra?
Los actuales cuadros del
Talibán no son los mismos que la CIA promocionó y apoyo en los ochentas e incluso
la nueva generación que compone las filas de los que han reconquistado el país,
mucho menos han estado al tanto de estas espurias relaciones. Para los jóvenes
afganos que combaten en las filas de la “Jihad” contra los invasores angloestadounidenses
es inaudito que pudieran haber tenido algún tipo de contacto que no fuere un
combate mortal y mucho menos relaciones. En realidad ellos no están al tanto de
lo que sus jefes y sus líderes políticos (en los que se halla Khairullah
Khairkhwa, líder actual del Talibán quien estuvo desde 2002 detenido en
Guantánamo) manejan tras bambalinas.
Lo mismo sucede con los
cuadros militares rasos del ejército estadounidense y de sus aliados de la
ISAF, quienes avocados a las tareas por combatir a un enemigo que resistía su
presencia muy seguramente ignoraban que sus propios colegas civiles (CIA, DIA
y otras agencias aliadas) confraternizaban
con quienes ellos combatían. Incluso más. No sería de extrañar que estas
relaciones secretas hubieran estado ajenas al conocimiento de los mismos jefes
militares de campo del ISAF e incluso del mismo Pentágono. Aquí es donde se ve
muy claro ese doble rasero del que tanto se habla en la política estadounidense
y en la cual los mismos políticos norteamericanos suelen describir como una
maniobra en la que “la mano derecha no sabe lo que hace la izquierda”.
No sucede lo mismo con
los funcionarios de primera línea del Departamento de Estado y de la Comunidad
de inteligencia y en particular de la CIA (que se llevaba al año entre 60 mil
millones de dólares para financiar sus operaciones negras) ya que ellos son
quienes tienen el protagonismo estelar en toda esta escenografía. La visita
secreta del actual jefe de la CIA Williams J. Burns a Kabul que realizó el martes
24 de agosto último no debería sorprender. Más allá de que se dejó trascender
este evento lo cierto es que, a la vista de las causas históricas que han originado
la crisis en Afganistán y sus mentores, no sorprende que la agencia de
inteligencia busque negociar y comprar tiempo para una salida más decorosa de
los remanentes militares y civiles que aún quedan en el país.
Otro punto a destacar y cuestionar
en esta repentina huida de EEUU es el abandono de abundante material bélico
intacto en sus bases ¿Acaso no hubo tiempo para sacar y embarcar los cientos
vehículos acorazados Humvis, Blindados “Abrams” y armamento ligero que el
Talibán incauto sin disparar un tiro? O ¿se trató de un abismal acto de
torpeza? Las semejanzas con lo ocurrido en Iraq en Junio de 2014 asombra y
apunta a no creer en las casualidades. Solo para remarcar una de estas
inconsecuencias hay que preguntarse ¿Tiene el Talibán conductores de tanques
“Abrams”? y si los tiene ¿Quiénes los formaron?
Siguiendo con esto
mismo, el abandono de más de 200 aviones y seis helicópteros “Balck-Hawk” de la
fuerza aérea afgana listos para volar y con armamento disponible en sus bases
aéreas han aumentado aún más estas especulaciones ¿Fue parte del trato entre la
CIA y los representantes del Talibán o es el fruto de un craso error de cálculo
de los estrategas y asesores de la Casa Blanca? Si las personas de a pie se
creen lo que los medios occidentales han venido informando sobre el Talibán
cabría preguntarse ¿Tiene el Talibán pilotos entrenados para manejar aquellos
aparatos? Y de tenerlos -como pudo verse en la ofensiva a Kabul- ¿Quiénes
los entrenaron? Demasiadas cuestiones que aún carecen de respuestas.
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